La gastronomía se considera modernamente como un arte.
Igual que en la en la pintura se combinan los colores, en la gastronomía combinamos los sabores y aromas, los colores y también los sonidos como en la música.
Pero no solo es un arte, que ha costado muchos años alcanzar, sino que es una rama de la historia de nuestra cultura y también de nuestra economía.
Enriquecemos nuestra mesa familiar, nuestros banquetes en fiestas y solemnidades, con los productos de nuestra tierra.
Enriquecemos nuestra mesa familiar, nuestros banquetes en fiestas y solemnidades, con los productos de nuestra tierra.
Como en muchas cosas, nuestra gastronomía ha sido afectada e influenciada de muy diversas formas.
Castilla, Vascongadas, Aragón y nuestra vecina Francia, han dejado indudables y valiosas huellas en nuestra cocina de todos los tiempos.
Navarra, abierta siempre a gentes y culturas, camino de peregrinos, ha sabido desarrollar, asimilando lo ajeno, enriqueciendo su propio arte culinario con platos y sistemas originales de otras tierras.
Al mismo tiempo que en muchas familias se simplifica la comida de cada día, la gastronomía va cobrando cada día más importancia en la sociedad.
Procuramos depurar y promocionar la cocina tradicional, al mismo tiempo investigando en nuevas recetas, a base, siempre de nuestros productos naturales.
El secreto de nuestra nueva cocina se debe basar en nuestra agricultura, nuestros ríos, nuestra ganadería y los productos de otras regiones, más cercanos al consumidor.
Para desarrollar el arte gastronómico poseemos, junto a los ricos productos de la tierra y de la industria, la tradición recibida de nuestros mayores que pusieron tanto amor que no escatimaron horas y horas en elaborar los alimentos, sabiendo que para hacer cosas importantes es necesario empezar por gozar cada día haciendo las cosas pequeñas transmitiendo ese gozo a los demás.
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